Al
despertar, me encontraba tirado frente a la puerta de mi casa. No recordaba cómo
había llegado hasta allí. Me puse de pie y me percaté que toda me ropa estaba
manchada de rojo “esto es… ¿sangre?”.
Por más que trataba no podía recordar lo
que había pasado camino a casa. Solo esperaba que mamá no me viera así, que
ella esté un poco tranquila y este en otro lado de la casa que no sea la sala.
Entre a la casa, para mi suerte, mamá
estaba sentada en el sillón viendo una de sus novelas favoritas. Al cerrar la
puerta y escuchar el ruido mamá no pudo despegar los ojos de la televisión.
- Hola
Patrick – saludó
- Hola
mamá – respondí – me voy a bañar – salí corriendo al baño
- Pero
espera te…. – mamá casi pudo verme al voltear, por suerte fui más rápido –
bueno, no te demores. Voy alistando la cena – alzó un poco la voz.
Oculté lo mejor que pude la ropa manchada
de sangre y me puse mi pijama, en un instante ya estaba bajando para cenar
junto a mamá. Mi temor era que mamá pueda ver los nervios que tenía, ya que aún
no cesaban.
- Oh…
Patrick, ya esta lista la comida, toma asiento – dijo mamá trayendo la comida
desde la cocina a la mesa.
- Gracias
mamá – comí una gran cucharada de la comida de mamá – delicioso como siempre.
- Gracias
Patrick, ahora dime – todo su expresión cambio – ¿Dónde has estado? – preguntó
seriamente.
- Estuve
en la casa de mi amigo…
- Y por
eso, ¿llegaste tarde? – mi examinó – y… ¿porqué estas temblando?
- Estoy
preocupado por mi amigo – mamá cambio su expresión – él… él se fracturo el
brazo y la pierna… – el rostro de mamá se alarmó
- ¿Pero…
cómo es posible, está bien, como sucedió?
- Él
estaba trepando árboles, hasta que quiso trepar el árbol más grande del parque.
Subió a la punta mas alta de ese árbol y… – no quise darle todos los detalles
exactos, así que tuve que mentirle – una de las ramas no soportó su peso y se
rompió…
- Pobre
chico, pero porque hacer algo tan irresponsable – se lamento mamá – espero que
tu no estés haciendo lo mismo – advirtió
Mentirle y hacerle preocupar a mamá era
una de las cosas que más odia, pero no le podía decir algo que aun yo no sabía
que era y por eso preocuparla aun más. Me salve en el instante que salió un
flash de último minuto en la televisión.
- Patrick
y por… - la televisión la interrumpió
- Noticias
de último minuto – anunció el reportero – masacre en serie.
- ¡Qué
horror! – se horrorizó mamá
- Hoy
exactamente a las 7:35 de la noche – comentaba el reportero – se aviso de una monstruosa
masacre en la avenida Pardo en el distrito de Miraflores. Una misteriosa
persona ataco, mas bien, torturó y asesinó a más de veinte personas, que transcurrían
en la avenida anunciada a esas horas – el reportero se lamentó mucho al decir
las palabras siguientes – Lamentablemente no hubo sobrevivientes ni heridos,
todos fueron ferozmente asesinados, lamento la perdida a los familiares, los
fallecidos son….
Me quede heleado, yo me acuerdo haber
estado ahí, donde casi me choca el carro, pero no recuerdo que más paso. Fue
ahí cuando perdí el conocimiento y llegue a mi casa. Acaso… acaso… ¿yo soy un
sobreviviente?
- Una
de las victimas logró grabar en su celular, a la horripilante bestia en medio
del asesinato. Tenemos el video en exclusiva.
Una especie de
demonio estaba asesinando a diestra y siniestra, que gran valentía o estupidez
del quien estaba grabando. Mamá se estaba cansado de ver tal barbaridad ya iba
a cambiar de canal hasta que la imagen se congeló y llamó mi atención. En la
imagen salía el demonio tratando de atacar a la persona que estaba grabando, se
podía ver su mano y sus tremendas y temibles garras, pero en el centro de esta
había una cicatriz, esta tenia la forma parecida a una estrella.
Al ver la
cicatriz de este demonio mi mano izquierda comenzó a arderme, trata de acabar
con el dolor cubriendo mi mano izquierda con la derecha.
- ¿Por
qué crees que te arde la mano?... – se escucho en un silbido una voz
terrorífica - ¿porqué no te fijas y lo averiguas? – tenía una risa malévola.
Miré a mamá y al parecer ella no podía
escuchar la voz que yo estaba oyendo. Me asuste aun más, porque estas cosas me
pasaban a mí. Tragué saliva para poder darme un poco de valor. Traté de dejar a
luz mi mano izquierda, la estaba volteando de a poco. Cuando logré ver la palma
de mi mano ahí estaba, esa cicatriz en forma de estrella se encontraba en la
palma de mi mano.
- Fui…
¿yo? – se volvió a escuchar la risa escalofriante, las lágrimas no ibas a tarda
en aparecer – me voy a mi cuarto – dije lo más serio que pude ser.
No podía pensar en nada tenía la mente en
blanco, la luna volvía a ser resplandeciente, “la
luz, puedo sentir tanta calma” balbuceé tratando de coger
la luna con una mano. Cogí una frazada me senté en medio de la ventana dirigí
mi vista hacia la luna cerré los ojos y me quede dormido.
- Te
lo dije, Patrick, no cierres tu mente, trata de pensar claramente lo que tienes
y dentro de poco entenderás lo que te sucede – se escuchó tan cálida esta voz
que abre con más fuerza la frazada.