jueves, 27 de septiembre de 2012

Andran


Corríamos sin dirección ni destino, Ben y yo lo único que hacíamos era seguirle los pasos a Lilly, ya que ella era la único que “sabia” todo. Por mi parte, yo aún continuaba con mi asombro “¿cómo podía hacer Ben eso?” hasta donde sabía él nunca pudo hacer eso. Lo peor de todo era la cicatriz que tenía en la mano izquierda, era la misma que yo tenía, ubicada justo en el mismo lugar.
     Este día no dejaba de ponerse cada vez más extraño, pero era mentira, aun faltaban más respuestas. Lilly tenía que explicarnos, a Ben y a mí, un par de cosas. Ben parecía estar un poco preocupado, “¿y quién no?”, su padre había fallecido hace unos días y la persona quien estaba cuidando de él le había mentido y no solo eso, fue uno de los ayudantes de quien asesino a su padre.
     Ya estábamos a una larga distancia de la casa de Ben, y Lilly sentía que nadie nos seguía, así que en la esquina próxima volteó a la izquierda y luego en la próxima esquina a la derecha. Un par de cuadras más arriba Lilly se detuvo frente a una casona.
-       Llegamos – dijo Lilly al quedarse viendo asombrada la grandeza y antigüedad de la casona. La casona se veía demasiado antigua, parecía que con un leve movimiento de la tierra esta se derrumbaría. La fachada estaba desgastada, el pórtico de la entrada era de madera y esta se veía gastada y rota. Una que otra ventana estaban rotas y la reja de entrada estaba hasta no más oxidada.
-       ¿Es en este lugar? – comentó Ben algo perplejo, por lo visto mi amigo esperaba un lugar parecido al de su hogar.
-       Bueno… no puedes juzgar un libro por su portada – traté de darle algunos ánimos a mi amigo, ya que parecía ser la primera vez que iba a entrar a un lugar así. Lilly se encontraba examinando la reja de entrada como si tratará de encontrar algo, se quedo quieta un segundo viendo una minuciosa grita.
-       Por aquí entramos – dijo tras jalar de la grieta y abrir una pequeña entrada. Ben y yo la quedamos viendo con cara de extraños al ver la fuerza que tenía tras doblar uno de esos fierros – este es de goma – giñó un ojo – él nos espera adentro.
     Los tres pasamos la reja, Ben y yo estábamos ansioso por saber quién era él, así que tratamos de apresurarnos. Las escaleras del pórtico comenzaban a gruñir a penas fueron pisadas. La puerta, muy desgastada y apolillada, se encontraba abierta y los tres cruzamos el umbral.
     Ya estábamos a pocos minutos de conocerlo. Nos encontrábamos en la sala de la casona la luz que llegaba dentro de esta era tenue y apenas podía ver donde estaban ubicados mis amigos. Lilly se encontraba sacando una especia de libro de su mochila “espera… ese libro yo lo conozco”. Y no solo yo lo conocía sino también Ben, quien estaba algo asombrado, al ver que Lilly tenía posesión de este.
-       ¿De dónde lo sacaste? – preguntó Ben – si estaba escondido en…
-       En tu closet – terminó Lilly la frase de Ben – recuerdan que caí disparada hacía el closet de Ben – ambos asentimos – bueno él me pidió que trajera esto, era esencial para que él pueda ser materializado – saco el libro por completo sobó la portada con la palma de su mano – y la verdad es – miró a Ben apenada – yo lo vi a penas rose tu mano cuando estábamos en tu cuarto, lo siento por husmear en tus recuerdos.
-       No te preocupes, si era de importancia no veo cual sería el problema – giñó un ojo – tu puedes revisarme todo cuando gustes – los ánimos y bromas de mi amigo habían regresado.
-       Dejando de lado las bromas – dijo aún más ansioso – Lilly, ¿qué tenemos que hacer?
-       Creó que – la palma de la mano de Lilly seguía sobre la tapa del libro – ustedes ya lo saben – bajo la mirada hacía su mano.
     Ben y yo nos vimos la cara, realmente si sabíamos que hacer, pero ahora no sabíamos que es lo que iba a pasar después…
     Ambos pusimos las manos en el libro, y ahora la palma de los tres se encontraba ahí. Lo que pasó a continuación era algo que mi amigo y yo ya sabíamos, pero estaba vez fue algo diferente. Un resplandor de luz, más brillantes que el anterior, emanó del libro y sus páginas rápidamente fueron pasando hasta que se fijó en un punto. “Capítulo III: Libro de la PEREZA – ACTIVIDAD”.
     El libro, ya de costumbre, comenzó a escribirse por sí solo, y conforme esto pasaba Lilly iba dibujando lo que iba apareciendo. Una especia del símbolo de numeral, una estrella de cinco puntas en el centro, en la parte superior izquierda y en la inferior derecha unos pentágonos, en la parte superior derecha y en la inferior izquierda los mismos pentágonos invertidos, a los costados centrales unos asteriscos y en la parte superior del centro y inferior del centro unas flechas apuntando hacia la estrella. Lilly había puesto una especia de símbolos extraños en el interior de cada pentágono.
-       Rápido Ben, Patrick, párense de espaldas justo sobre la estrella viendo directamente hacía las flechas – nos apuró Lilly apenas termino de hacer el dibujo, Ben y yo nos colocamos tal y como Lilly dijo sin protestar. Fue cuando Lilly comenzó hablar un idioma extraño, tal y como lo hizo Ben cuando leímos el capitulo anterior del libro – Desto ponke quiato cuanti enmeniente poseite desna mokar conses parcama dencotemo conyu…
     Eso fue lo que se necesito para que unos rayos colores violeta emergieran de cada símbolo dentro del pentágono y esté comenzara a rodearnos a Ben y a mí. Uno de estos rayos pasó por delante de mis ojos y intuí que por los de Ben también. Luego de rodearnos, los rayos, de pie a cabeza se comenzaron a juntar hasta que solo quedaron dos e ingresaron por la mano de Ben y mía, justo donde estaba la cicatriz de cada uno.
     El humo invadió todo la sala por un momento, cuando esta se disipó revelo una sombra a un rincón de la saca. Esta sombra poco a poco se estaba acercando hacia donde estábamos nosotros.
-       Hola, chicos, yo soy Andran…
     Este hombre, comenzó a avanzar cada vez más hacia la tenue luz que invadía la habitación. Cuando la pequeña luz rebeló, por fin, su rostro Ben y yo quedamos en estado de shock y Lilly no paraba de sonreír.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Rescate


-       ¿Pero cómo… cómo sabias esto? – pregunté apenas deje de ver mi mano
-       Me lo dijo él, y acuérdate que también soy adivina – sonrió. ¿Cómo Lilly podía tomarse todo a la ligera, sin que nada la sorprenda? – soy adivina – repitió
-       ¿Pero cómo y por qué desapareció la cicatriz? – volví a preguntar viéndome la palma de la mano
-       No desapareció exactamente, pero necesitamos a Ben para contarte todo – se desamarró el cabello – ahora vamos, aquí tengo la llave
     Nos quedamos en la puerta dudando si entrar en ese momento o no, Lilly se quedo pensando unos segundo y estaba con su mano en alto como diciendo que espere, unos segundos más y bajo su mano y rápidamente puso la llave en la puerta y la abrió. Entramos y corrimos hasta la otra entrada, no podíamos ir despacio ya que no había sitio donde esconderse, todo el jardín estaba muerto y la pileta rota.
     Al subir las escaleras para llegar a la puerta de la entrada a la casa, Lilly pudo ver al señor Josh entrando por la cochera, lo que nos dio tiempo para ingresar a la casa sin ningún problema.
     “no se percató de nada”
-       Muy pronto sabrás porqué te llama tanto la atención ese cuadro – comento Lilly al verme perplejo viendo el cuadro que estaba en la sala principal de la casa de Ben – démonos prisa… – asentí
     Lilly era realmente sorprendente, no necesitaba que yo le diera alguna dirección o señal de dónde dirigirse, solo se dejaba guiar por sus instintos, o mejor dicho por su don. Llegó a la puerta de Ben y bruscamente la abrió.
-       Debemos salir de aquí – al ver la cara de estupefacto de mi amigo, alzo la voz - ¡ahora!
-       Ben, tenemos que irnos – ahora traté de convencerlo yo – te tienen encerrado – la expresión de mi amigo cambió, ahora estaba dudoso, pero el dolor que sentía aun se le podía notar en los ojos.
     Lilly y yo habíamos avanzado unos pasos más hasta donde se encontraba Ben, estábamos a pocos pasos de este. Al notar nuestras expresiones de preocupación, Ben se levanto de la cama y trato de poner la mejor sonrisa que pudo.
-       ¿De qué están hablando, chicos? – se acerco hacía nosotros y nos tomo del hombro – aquí me tratan como rey – sus lágrimas comenzaron a salir – él siempre me trató como un rey…
     No cabía duda que Ben no pudo desahogarse con el señor Josh sobre la reciente muerte de su padre. Luego de decir esas palabras, Ben, nos abrazo fuertemente y comenzó a botar todo lo que tenía dentro.
     El rostro de Lilly a cada segundo comenzaba a cambiar. Había algo que estaba molestando a mi amiga, aunque al igual que yo, no se salvó de lagrimear un poco “estamos todos conectados”. Pero fue ya un tope en el que Lilly se seco las lagrimas trató de zafarse de Ben y volvió a exigir.
-       ¡Vámonos ahora!
-       Muy tarde mocosa entrometida – Lilly y yo nos quedamos petrificados, el señor Josh acababa de entrar al cuarto de Ben estaba parado a unos cuantos pasos detrás de nosotros, Ben volvió a dudar, realmente él no sabía lo que estaba sucediendo – Desde que te vi – comenzó a avanzar hacia nosotros – supe que serías un gran problema maldita mocosa, al igual que tú – me señalo – lástima que no podía hacerte nada antes, ¡ahora estarías muerto!
-       ¿¡Qué es lo que sucede contigo!? – se enfureció Ben al escuchar esas últimas palabras del señor Josh – en este preciso momento quedas despedido, puedes tomar tus cosas y largarte
     El señor Josh se decepcionó un poco, pero no pareciera que iba a tomar enserio las palabras que acababa de decir mi mejor amigo.
-       Es una pena mi señor – agachó la cabeza – aun se encuentra dormido… – plantó la mirada en mí y luego en Lilly – esta mocosa debe saber de lo que estoy hablando – Lilly realmente parecía saber algo, parecía que quería gritar algo, pero alguien le había dicho que no lo haga, ella se encontraba atrapada – y es por eso mi señor – jaló a Lilly alzándola con una sola mano – no puedo dejar que tenga malas influencias – abrió la palma de la mano con la que sostenía a Lilly, esta salió disparada chocándose con el closet de Ben. El señor Josh no me tomó importancia y se acercó aun más a Ben, quien se quedo helado al ver tal escena, se arrodillo justo delante de él y tomó su mano izquierda – yo soy su fiel sirviente, mi señor – le dio un beso en la mano
     No sabía qué hacer, quedarme con mi amigo, quien podría estar en peligro, o ayudar a Lilly, quien había recibido un fuerte golpe. Justo cuando me atreví hacer algo Ben retiró fuertemente su mano, dejando a la vista la palma de esta, y  golpeándole los labio al señor Josh, “Ben tu… en tu palma tienes…”
-       ¿Crees ser mi sirviente y tratar así a mis amigos? – retrocedió unos pasos – no sé qué clase de ridiculez estás diciendo, pero te quiero fuera de mi casa ¡Ahora! – nuevamente la decepción volvió a dibujarse en el rostro del señor Josh
-       Lamento mucho que aun este con los ojos vendados mi señor, pero debo de…
-       ¡Patrick – lo interrumpió Lilly – muro ahora!
     ¿Muro? Que trata de decir Lilly. No pude entender lo que decía hasta que hizo un gesto con la mano, como si estuviera levando la tierra, mi mente se activó.
     Llevé mi mano hacía el piso, y traté de concentrarme en un muro, a los pocos segundo un pequeño muro apareció delante de Ben, pero… “aun soy débil”. El señor Josh nuevamente había abierto la palma de su mano y el muro voló en pedazos, Ben se cubrió de los escombros que volaban. Y ahora la mirada del señor Josh se centró en mí.
-       ¡Tu maldito infeliz! – pude percatarme que su reacción era similar a la que ya estaba acostumbrando hacer para atacar, pero la mía fue aun más lenta y salí disparado hacia el escritorio de Ben. Esto hizo que mi amigo dejara de temblar que su rostro de miedo y duda desapareciera. Ahora Ben tenía una furia a punto de ser desatada
-       Tú – señaló al señor Josh - ¿quién te crees? – enmudeció un rato, se quedo viendo el rostro del interpelado – quien te crees para venir a tratar de alejarme de mis amigos – cerro sus manos y creo dos fuertes puños – y lo que es aún peor, a tratar de dañarlos – en ese instante Lilly se había acercado donde me encontraba y torpemente me jalo hasta estar cerca a Ben - ¡Quien te crees! – su grito resonó por el cuarto y el piso comenzó a rajarse. El piso, sobre el que estaba pasado el señor Josh se rompió y este callo al primer piso, no solo fue eso a los pocos segundo el techo también le cayó dejándolo inconsciente.
-       Es nuestra oportunidad, vámonos – dijo Lilly tomándonos de la mano, a Ben y a mi
-       Vamos – por fin Ben ya estaba convencido.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Cicatriz desaparecida


Ambos, Lilly y yo, corrimos hasta estar alejados del colegio. Lilly dejo de correr y me miro directo a los ojos.
-       Primero debemos de salvar a Ben – se le escucho algo nerviosa – por lo que veo no va hacer fácil – asentí - ¿ya lo has intentado, verdad, verlo?
-       Si – me dije algo apenado, ya que no tuve ni oportunidad de ver a mi mejor amigo – ahora creo que va a ser un poco más difícil entrar a su casa – agache la cabeza y Lilly puso su mano en mi hombro para darme ánimos
-       No te preocupes, entrar va ser lo más sencillo – sonrió – alguien me enseño como – levante la cabeza asombrado, ¿Quién pudo ser ese alguien? – no te lo voy a decir ahora – Lilly leyó mi mente – necesitamos estar los tres para poder decir todo lo que me dijeron – ahora vamos a la casa de Ben – corrí en dirección a casa de Ben – ¡Espera! – gritó Lilly cuando yo ya tenía una gran distancia
-       ¿Qué pasa? ¿no deberíamos de apurarnos?
-       Si eso es cierto, pero necesitamos primero cambiarnos, no queremos que nos vea un policía y nos lleve por estar con uniformados
-       Tienes razón – que es lo que me pasaba, no podía pensar bien claro, Lilly tenía la delantera y al parecer ya lo tenía todo planeado
-       Espero me disculpes – de su mochila saco unas bermudas y un polo de manga corta, ¿esas… no son mis ropas? – tuve que ir a tu casa y tomar algo de tu ropa
-       Vaya Lilly eres… asombrosa – se alegro por el alago – y trajiste una de mis favoritas – sonrió aun mas
-       Ahora si apresurémonos
     Nos cambiamos dentro de una casa abandonada y salimos rápido hacia la casa de Ben. Aun me tenía curiosidad de saber quién era el que le dijo a Lilly como entrar a la casa de Ben y otras cosas más. Yo aun me perdía un poco ir a la casa de Ben desde el colegio, pero Lilly, quien llevaba la delantera, corría de dirección en dirección sin dudar y fueron pocos los minutos que nos tardamos en llegar a su casa.
-       ¡Al fin! Llegamos – dije casi sin aliento y Lilly se detuvo un rato en el parque como quien buscaba algo, yo me senté en una de las bancas mientras Lilly miraba de un lado para otro – ¿buscas algo?
     Lilly no me respondió y continuó mirando a los alrededores buscando eso que no me quería decir. En poco tiempo su mirada se detuvo en un árbol familiar para mí y para mi amigo, el gran árbol, el árbol más antiguo del parque y el más grande.
     Lilly camino sigilosamente, acercándole lentamente al gran árbol. Intenté síguele pero, rápidamente sin voltear, hizo un gesto de alto con su mano y continuo su camino. Tocó con su mano derechera el árbol y lo comenzó a rodear, luego de tocar el punto que toco al inicio sin dudarlo trepo al árbol. Mis impulso me obligaron a pararme  para ir a ayudar a Lilly, pero esta nuevamente hizo otro gesto de alto. Lilly subió hasta la parte más alta del árbol y se metió por uno de los huecos del tronco, mi instinto otra vez me hizo parar, pero esta vez preferí mejor esperar.
-       ¡La tengo! – grito Lilly luego de un minuto – aquí está la llave – salió del agujero y me mostro la llave – ayúdame a bajar, Patrick, por favor
     No entendía como Lilly pudo en un principio subir sin ningún problema hasta la cima del árbol y ahora pedirme ayuda para poder bajar, tenía algo en mente para poder hacer que Lilly baje rápido pero no quería asustarla. Traté de subir pero yo no era tan bueno como Ben en estas cosas.
-       ¿Por qué no haces lo que tienes en mente? – preguntó Lilly al verme dudando en qué hacer
     Miré, dudosamente, la palma de mi mano derecha con la cicatriz en forma de cruz dentro de un círculo.
-       Hazlo de una vez – insistió Lilly
     Puse la palma de mi mano derecha en el lugar exacto donde Lilly comenzó a poner su mano y cerré los ojos y trate de concentrarme, trate de pensar en algo que me traiga alegría, pero con lo que estaba pasado no se me ocurría nada. Trate de ir mas atrás y recordé el instante que Ben y yo conocimos a Lilly y el momento que por casualidad le robe un beso a ella. Abrí los ojos y poco a poco del tronco del gran árbol comenzaron a crecer nuevas ramas desde la cima hasta donde yo me encontraba y poco a poco estas se formaban como haciendo una especie de escalera. Lilly comenzó a bajar lentamente como dudando de la resistencia de las ramas, llegando a los últimos siete escalones uno de estos se rompió y Lilly cayó en mis brazos.
-       ¿Es que no has practicado desde que obtuviste esto? – más sonó a reproche que a pregunta
-       No, la última vez que lo hice fue hace ya un tiempo y fue para ayudar a Ben a mejorarse
-       Pues deberías de practicar – me miro fijamente por unos segundos – ¿a que tampoco te has dado cuenta lo que ha cambiado en ti? – me comencé a recorrer mi mirada por todo mi cuerpo, pero no me percataba de que algo me faltaba. Lilly hizo un gesto de rendición – la palma de tu mano izquierda – señaló mi mano.
     Atónito y algo nervioso volteé mi mano izquierda para poder ver la palma, donde se encontraba la cicatriz de estrella de cinco puntas encerrada en un circulo. Me sorprendió lo que vi, la cicatriz había desaparecido, ya no había nada, mi mano estaba como antes de que tuviera ese sueño del Armagedón.