- No…
no te preocupes, fue mi culpa por quedarme parada sin moverme – respondió la
chica soltándome la mano.
- Disculpa…
– volví a repetir agachando la cabeza.
- Enserio,
no hay problema – dijo sonriendo, lo que ilumino aun mas su perfecto y bello
rostro – mi nombre es Lilly… Lilly Smith.
Quede plasmado al ver su perfecta sonrisa,
estuve viéndola fijamente para poder ver perfectamente su siguiente movimiento.
No pude responderle mi nombre y no podía hablar bien, trate de decirle mi
nombre pero un pequeño tartamudeo hizo que me callase.
- Me
llamo Ben y este tomate es Patrick – se apuro Ben al ver mis reacciones. Le
tomo la mano y Lilly volvió a quedarse absorta.
Podría quedarme viéndola así todo el
tiempo, pero Ben, impulsivo como es, la comenzó a mover para que saliera de su
mente.
- Oye
Patrick, creo que ella está loca – me dijo Ben al oído.
- Un
gusto en conocerlos – respondió cuando volvió a parpadear.
- Y…
¿qué haces aquí, estás sola? – pregunto Ben curiosamente.
- Pues…
yo prácticamente trabajo aquí y si estoy sola mis padres no están – respondió
un poco nerviosa.
- ¿Qué?
– nos asombramos Ben y yo.
- ¿Cómo
es que trabajas aquí?, ¿no eres muy chica como para trabajar? – pregunté.
- Sí,
pero es algo que debo hacer, mis padres… mis padres fallecieron…
- Lo
lamento mucho, pero ¿cómo es que terminaste aquí?
- Bueno
mis padres trabajan aquí en el parque de diversiones y eran muy amigos del
dueño, casi parecían una familia. Esos tiempos eran muy bonitos según me conto
Jorge, el dueño del parque de diversiones. Mi padre era una gran acróbata y mi
madre una gran adivina. Soy muy admiradora de mi madre, Jorge me conto que ella
pudo visualizarme en un futuro de come iba a ser y me dibujo, tengo el dibujo
en un marco, es muy perfecto.
>> En un tiempo hubo algunos
problemas con el parque de diversiones, las visitas eran muy pocas y no había
dinero suficiente para poder llevar a mi madre a un hospital, al momento de
darme a luz. Mi madre no pudo aguantar tanto y falleció en el instante que
nací, por otro lado mi padre al saber que perdió a su gran amor cayó en malas
juntas y por desgracia en el alcoholismo. Él falleció por su gran depresión y por
su maldito alcoholismo, pero creo que mi madre sabía eso. Debajo de mi cuna
encontraron una pequeña carta de mi madre, pidiéndole de favor a Jorge que me
cuidara y tratase como una sobrina o si podía como a su propia hija.
>> Jorge fue muy generoso al criarme
desde que nací, antes que viera la carta igual me cuidaba él, porque mi padre
casi nunca estaba. Tomó un gran cariño hacia mí, pero ahora que ya soy un poco
mayor tengo que trabajar para poder alimentarme, ya que el dinero aquí no se
hace fácil, y ahora solo me queda mejorar mis habilidades.
Ben y yo nos quedamos sorprendidos de su
historia. A cada uno de nosotros dos nos faltaba uno de los dos padres, así que
podíamos aun tener el cariño del otro. A diferencia de Lilly, ella perdió a
ambos, pero felizmente una persona se hizo responsable, lo peor de todo es que
aun así ella tiene que trabajar para poder alimentarse.
- Tú
debes de ser el chico del terremoto… ¿no? – pregunto mirándome fijamente a los
ojos.
- ¿Cómo
lo sabes… también eres adivina, como tu madre? – le pregunte nervioso.
- Bueno
puedo adivinar un poco, pero me falta perfeccionarme para ser igual que mi
madre. Pero tú fuiste del quién se hablo todo un tiempo por todo el colegio –
respondió sonriendo.
- ¿Es…
eso es enserio, Ben, todos estaban hablando de mí? – Ben solo asintió sin decir
nada – y… ¿también estas en nuestro colegio?
- Si –
fue lo único que dijo
- Entonces
como no estás en nuestro salón – replico Ben en el instante que Lilly término
de hablar.
- Pues…
yo estoy en segundo de secundaría – volvió a sonreír.
¿Segundo de secundaría?... era mayor que
Ben y yo, nosotros recién nos encontrábamos en primer de secundaría, yo había
pensado que era un niña de mi edad, pero la buena noticia era que estaba en
nuestro mismo colegio, aun así podría volver a verla.
- Hasta
lo que sé el chico terremoto…
- Patrick,
por favor – le corte la frase para que deje de pronunciar ese apodo que me trae
malos recuerdos.
- Está
bien, hasta lo que sé Patrick esta en primer de secundaría, eso quiere decir
que tu, Ben – hizo una pausa – Ben ¿verdad? – Ben asintió – estas con él en el
mismo grado también.
- Si
es verdad, ambos estamos en primer de secundaría… pero eso no es problema para
ti ¿verdad? – le dijo Ben
- No,
me caen muy bien, al parecer seremos muy buenos amigos – comento tomándonos la
mano a Ben y a mí
Nuevamente se quedo parada, sin parpadear,
no nos soltaba las manos y no movía ni un solo musculo. Al poco tiempo Ben se
desesperó y trato de soltarse. Poco después Lilly volvió en sí botando una
lágrima, pero sin que Ben se percatara.
- Bueno…
¿quién quiere ir por un helado? – dijo Ben - ¿vamos Patrick? – asentí - ¿tú
también vas Lilly?
- Pues
creo que puedo ir un momento… si Jorge me ve haciendo otras cosas me va a
regañar – hizo una pequeña pausa para relajarse – si nos ve por favor díganle
que ustedes se perdieron
- Está
bien, a por los helados – dijo Ben jalándonos de la mano a Lilly y a mí, ya no
me pareció extraño.
- ¿Siempre
es así? – me miro para preguntarme
- Si –
fue lo único que le dije
Llegamos al puesto de helado, Lilly ya se
había relajado, al parecer el señor Jorge no se encontraba cerca para poder
atraparla infraganti. Ben se había pedido un gran helado de chocolate, vainilla
y choco chip. A diferencia de él Lilly solo pidió un pequeño barquillo de menta, y yo al
demorarme por no saber que pedir, Ben me pidió un gran baso de helado con
diferentes sabores, no sabía el nombre de la mitad de ellos.
Cuando la señorita heladera me entregó el
helado, parecía una gran montaña. Quede con los ojos abierto de solo ver ese
gran baso de helado delante de mí, no podía creer que otras personas pudiesen
terminar ese helado y tampoco creía que yo lo iba a terminar.
- Muchas
gracias Ben – le dijo Lilly disfrutando agradablemente su helado
- Ben…
realmente crees que me voy a terminar toda esta montaña de helado – le dije
viendo fijamente el helado de abajo hacia arriba.
- De
nada Lilly – le respondió primero – Veras, Patrick, cuando empieces a comer un
bocado nadie te va a detener, anda prueba un poco
Tome la cuchara y solo cogí un poco del
helado para poder probarlo poco a poco. Poco a poco, fue lo que pensé al
principio, pero el helado estaba realmente delicioso, ya no importaba tomar
cucharadas pequeñas. Comía grandes cantidades de helado, ya no hablaba y en un
dos por tres el helado ya se había acabado.
- Vaya…
y así decías que no ibas a terminar – comento Ben, lo que hizo que Lilly riera
un poco.
- Toma
– me paso Lilly una servilleta – límpiate
- Gracias
– sonreí y me volví a poner colorado
- Ya
volvió el señor tomate – dijo Ben
Mientras Ben y Lilly terminaban su helado,
estuvimos hablando del colegio que nos parecía y como nos sentíamos, cosas por
el estilo. Ben y yo habíamos entablado una gran amistad con Lilly, ella era una
persona muy agradable y también muy parlanchina, era la que mayormente hablaba
de los tres.
Ya habíamos quedado con Lilly encontrarnos
todos los recreos cerca al kiosco para no perder la comunicación. Una que dos
veces Lilly se escondía detrás de Ben, decía que pasaban algunos conocidos del señor
Jorge y no podían verla sentada conversando y comiendo helado.
- Parece
que es cierto que el tiempo vuelva cuando te diviertes – dijo Ben mirando el
reloj que estaba en mi muñeca – Josh ya debe de estar llegando, Patrick.
- Oh…
verdad, tienes razón será mejor irnos de una vez, no se vaya a molestar el
señor Josh – le comente dando una ojeada al reloj que marcaba cinco minutos
para las ocho – Nos vemos el lunes en el colegio Lilly
- Por
supuesto, nos vemos chicos – se despidió tomándonos de la mano
Fue extraño que Ben no me jalase como ya
se le había hecho costumbre. Se despidió de Lilly alzando una mano y se dio
media vuelta hacia la salida. Me despedí cortésmente de Lilly y al momento de
darme la vuelta para salir, Lilly nos interrumpió la salida.
- Lo lamento,
pero no puedo dejar que se vayan sin antes decirles esto – se carismático
rostros cambio a uno de pena y tristeza.
- Ya
lo sé, me vas a extrañar, pero no te preocupes nos veremos pronto – dijo Ben.
- Por
favor, escúchenme esto es algo serio – Ben y yo nos pusimos serios – este día,
para ser exactos, antes que vengan aquí, el destino de ambos cambió
drásticamente – ambos nos vimos la cara, ya que sabíamos que habíamos hecho
antes de venir aquí – aunque parece que eso ya estaba predestinado, fue alguien
quien lo planeo todo. Por favor, cuídense, sabrán quién fue ese alguien muy
pronto, más rápido de lo que se imaginan – la alarma del reloj comenzó a sonar,
y pude ver el auto que condecía el señor Josh estacionarse – cuídense mucho,
tengan cuidado con ese resplandor… – la voz de Lilly se corto, al darse cuenta
que alguien estaba detrás de ella.
- ¿Nos
vamos, chicos? – preguntó el señor Josh, quien se había puesto detrás de Lilly.
- Claro,
Josh, ya nos vamos – contestó Ben. No quedaba de otro que despedirnos, no podíamos
hablar nada delante de Josh y parece ser que Lilly tampoco quería seguir
hablando – Nos vemos en el colegio – se volvió a despedir Ben y Lilly asintió.
Fue muy extraño que esta vez Ben no me jalara. Solo avanzo directo al carro.
- Nos
vemos Lilly, cuidate tu también – me despedí, al caminar y darle la espalda a
Lilly, ella me tomo de la mano y se acercó a mí.
- Cuídate
de Ben… - me dijo, escalofriantemente, al oido.
Quede perplejo a lo que Lilly acababa de
hacer, porque me iba a cuidar de mi mejor amigo, él fue el primero que me hablo
en el colegio, fue quien me dio su apoyo cuando nadie me hablaba y solo me
miraban criticando, ¿Qué de malo tenia este gran amigo mío?
Terminó de advertirme, se dio la media
vuelta y se fue corriendo. No tuve tiempo de preguntarle el porqué de su
advertencia, y ahora me dejaba con una gran duda. A lo lejos Ben, quien ya
estaba en la puerta, me grito que me apurase.
Corrí hasta donde Ben se encontraba,
salimos sin decir nada. En el estacionamiento ya se encontraba el señor Josh
parado fuera del carro, por su rostro de aburrimiento parecía que había estado
esperando aburrido por algún lugar cercano.
Ben me había invitado también a cenar, no
se cuanta comida más le cabía a su estomago, pero no podía negarme ya que se
había esmerado para pasar un buen día recreativo, y también me relajaba y me
sacaba de la mente los últimos sucesos que me habían sucedido.
“cuídate
de Ben…” son las palabras que ahora me intrigaban…