- Mi
papá me dijo que podía ir al parque de diversiones, ya que me encontraba mejor
y que podía llevar un amigo, y ese amigo eres tú
- Pero
no creo que mi mamá me dije ir – puse una escusa
- Me
asegure de eso, por eso ayer llame a tu mamá y le pregunte si podías ir y que
no te dijera nada – puso un rostro sarcástico, como si tenía pensado lo que yo
iba hacer – no tienes otra escusa por la cual no ir.
Demonios, dije hacia mis adentros. Ya no
tenía otra escusa por la cual no ir, ahora podía entender porque mamá dijo que
hoy iba a ser un gran día, pero no estaba seguro si fuese una buena idea. Que
sucedería si volviera a perder el control y me volviera en ese asesino
sangriento y descabellado. Tenía miedo.
- Pero
voy a tener que terminar las tareas primero antes de salir no sé si termine a
tiempo – me salió rápido otra escusa.
- No
seas tonto Patrick, hoy es viernes – y quedó en dos a cero, Ben ganó
- Está
bien Ben, iré – dije en voz baja, al mismo tiempo que Ben sonreía victorioso.
- Pero
porque tan deprimido, deberías de estar feliz de ir a un parque de diversiones,
o ¿es que nunca has ido a alguno? – preguntó curioso.
- Pues…
la verdad no, ¿cómo es? – me encogí de hombros sonriendo.
- No
te preocupes por eso veras que te va a gustar.
- Buenos
días alumnos, discúlpenme por la demora, tuve un pequeño inconveniente – se
disculpo al tiempo que entraba al salón la profesora Servi – pero que bien Ben
ha vuelto a clases, espero te encuentres mucho mejor.
- Claro
profesora me siento como nuevo – dijo alardeando mi amigo Ben
- Qué
buena noticia, ahora todos tomen asiente por favor, vamos a dar inicio a la
clase – saco el libro de matemáticas básicas de su maletín y comenzó a escribir
en la pizarra – todos por favor saquen sus libros de matemáticas.
- Oye
verdad Ben, nunca me contaste que fue lo que paso para que tardaras tanto en
volver al colegio – comente susurrando
- Shh…
acaba de comenzar la clase, si van hablar que sea sobre el tema de la clase,
ahora hagan los ejercicios de la página 10 – comento sin voltear la profesora.
- Te
cuento en el recreo – susurró Ben de una forma tan débil que casi ni logré
entenderlo, en ese momento me di cuenta que ni para susurrar sirvo.
- Está
bien – trate de volver a susurrar
- Alumnos
que les acabo de decir – advirtió nuevamente la profesora.
- Disculpe
profesora, solo le estaba diciendo que está bien el problema que acaba de
hacer… jeje – mal chiste, todos me quedaron viendo y Ben me ignoró e hizo como
si no me conociera.
Siempre que necesitaba saber algo, sentía
que el tiempo pasaba de lo más lento, el salón estaba todo silencioso, parecía
un cementerio, de vez en cuando alguien hablaba pero solo para decir la
respuesta al problema. Ben me sorprendió al haber terminado un problema que a
mi parecer era muy difícil. “no solo se recupero de cuerpo, al parecer también
en mente” me comente a mí mismo, solté una carcajada y nuevamente todos me
quedaron viendo ya casi parecía costumbre, aunque no podía soportar ponerme
como un tomate.
Tic toc, tic toc era lo único que
escuchaba, ya no quería pensar en nada ni decir nada, aun continuaba sonrojado
por los malos chistes, por la especie de locura y por las miradas intimidantes
de todos mis compañeros hacia mí. Solo quería que tocase el timbre del recreo y
nada más. La profesora Servi, se encontraba terminando de dictar la clase de
ciencias, una clase muy aburrida para mi gusto, y eso hacia la espera aun más
larga.
¡Rinnnnng….! El sonido que estaba
esperando desde hace mucho, por fin la clase de ciencias había terminado y
también era el tiempo que Ben me cuente que fue lo que había sucedido para que
él tardara tanto en volver al colegio.
Fui junto con Ben a un lado en la esquina
cerca a la escalera, donde no hubiera muchas personas que molestaran la
historia que estaba a punto de ser relatada por Ben.
- Bueno
ahora si dime qué fue lo que sucedió – dije impaciente
- Tranquilo
Patrick, – tomó aire – Bueno… luego de que te fuiste a la media hora casi se me
ocurrió una siniestra idea, que no viene al caso contarte cual era la idea ya
que por el relato sabrás que fue, – presumió – comencé a quejarme de dolor, no
tardo mucho en llegar la señora Donson para saber cuál era el problema y al ver
que ella no podía solucionarlo llamo a mi papá para que me lleve mejor al
médico.
>> Me pareció sorprendente tal
actuación, creo que debo dedicarme a eso, – sonrió – pero bueno como seguía
diciendo llegamos a la clínica y entramos por emergencias, el doctor Hounds me
había hecho un par de exámenes entre ellos una radiografía en mi brazo y pierna
enyesados, pero como yo ya estaba bien, tomé provecho de la distracción del
doctor para cambiar las radiografías por otras y así me dé más tiempo para
poder relajarme.
>> Quería más tiempo para mí,
relajarme, jugar video juegos, no hacer nada y sentirme como rey. A parte que
estaba aburrido de las clases. Por suerte nadie se dio cuenta del cambio de
radiografías, solo lamentaba la suerte que tubo la persona que se encontraba en
el mismo cuarto, de quién era en verdad las placas – hice un gesto de lamento –
es broma menso, jajaja te la has creido.
>>Pero bueno así pasaron los meses,
y el día de ayer fingí que me caí de la cama, como siempre la señora Donson fue
la primera en percatarse y llamo a papá, volvimos al hospital y el doctor saco
nuevamente otras radiografías, en ese instante tomé el celular de mi papá para
llamar a tu mamá y decirle que mañana, o sea hoy, te de permiso para ir al
parque de diversiones, ¿muy listo, no? – asentí – ya sabía que papá iba a darme
algo bueno por mi rehabilitación, y bueno ya sabrás lo que le pedí, pero esta
fue la conversación que tuvimos:
- Al
parecer todo está bien contigo, joven – me dijo el doctor.
- Bueno
Ben para tu suerte te van a poder quitar el yeso justo ahora – mi papá me había
frotado la cabeza despeinándome.
- Está
bien papá, eso quiere decir que mañana podré regresar al colegio – quería que
me diera una respuesta rápida sino para ir a tu casa y darte la noticia de ir
al parque de diversiones en ese preciso momento.
- Depende
de lo que diga el doctor Hounds – fijo su mirada hacia el doctor.
- Pues
vamos a proceder a retirar el yeso y ver que tal reacciona el joven, si todo
está bien no veo el problema por el cual no pueda ir al colegio…
>>
Comenzó a retirar primero el yeso de mi pierna y luego el de mi brazo, después
de eso examino que tan bien podía mover el brazo y si sentía algún dolor al
hacerlos, claro después hizo lo mismo con mi pierna, al parecer hiciste un buen
trabajo Patrick, – sonrió todo presumiendo –
por ultimo dijo que no había problemas para ir al colegio mañana, o sea
hoy, y papá me dijo si quería algo especial por la recuperación, en cierta
forma milagrosa porque apenas me quitaron los yesos no tenía ni un dolor y
podía mover mis dedos sin ningún problema, algo que también sorprendió al
doctor, y pues le dije que quería ir al parque de diversiones y me dijo por
supuesto que podía ir, no tuve que insistirle para ir con algún amigo, ya que
el mismo me ofreció que podía ir con un amigo, y ese fue la gran idea que se me
había ocurrido… jejeje – comenzamos a reír.
- Algunas
veces me sorprendes y me asustas – comente algo intrigado.
- Jaja…
Tengo mis momentos – me tiro un leve golpe cerca al hombro – bueno ya va a
terminar el recreo mejor voy a comprarme algo de comer.
- Bueno
yo ya voy ir al salón tratare de avanzar con algunas tareas.
- Mejor,
vas a mi casa temprano – se puso serio – también tenemos que ver un capítulo
del libro antes salir al parque de diversiones, ahora que ya estoy mejor creo
que puedo hacer mejores cosas.
- Estaré
lo más temprano posible
- Ok,
yo me voy a ir apenas suene la campana de salida – frunció el ceño – papá no
quiere que vaya solo a casa así mandará a recogerme, si quieres también te
llevo a tu casa.
- Gracias
– me entusiasme.
- Tengo
hambre hablamos después
Ben salió disparado hacia el kiosco del
colegio, ya faltaban pocos minutos para que el recreo termine. Yo fui al salón
a tratar de avanzar con un poco de las tareas y tener tiempo libre, aunque la
verdad no sabía para que si igual no tenía nada más que hacer.
De costumbre Ben volvió al salón luego del
segundo sonido de la campana, esta vez la profesora Servi no le perdonó llegar
tarde y lo dejo castigado en el rincón, solo fue por una hora pero aun así fue
una vergonzosa actuación. Ahora cuando quería que el tiempo pasara lento, en un
abrir y cerrar de ojos la campana de salía había sonado…
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