jueves, 1 de noviembre de 2012

El Comienzo del Fin (Parte II)


>Antes de encontrar el collar, su padre conoció a una mujer, quien hoy en día es su madre. Unos días antes de salir a la búsqueda del objeto divino, su madre le dio una gran noticia a su padre, le dijo que iba a tener un bebe.
     >Su padre estaba feliz, se encontraba muy motivado al encontrar el collar divino y difundir la verdadera historia del pasado, pero una frase había nacido en uno de sus sueños “crear orden del caos” y eso lo fue cambiando de a pocos. Los días en los que nos encontrábamos de búsquedas él tenía sueños extraños, según él, se vía siendo alguien importante y engendrando a un príncipe. Su padre sufrió una transformación.
     >A mí no me pasado nada, yo solo trataba de cuidar a su padre y que no perdiera la razón, que no perdiera su luz. Pero yo no podía hacer mucho, la búsqueda de un simple objeto solo para fines científicos se convirtió en una obsesión. A su padre no le importó dejar a su madre, que estaba en los primeros meces de embarazo, a la deriva y salir a la búsqueda del objeto divino. Él no me escuchó y siguió lo que creyó que era lo mejor “mi sueño me dijo que todo iba a salir bien, solo tengo que seguir con mi meta que dentro de poco la encontraré” fue lo único que me dijo antes de partir.
     >Fue un viaje largo nos tardó aproximadamente seis meses en el encontrar el objeto, pero no fue fácil. Estando ya cerca del collar pasamos por una especia de alucinaciones, que nos llevaban directo a la oscuridad, por suerte yo tenía mis metas y mi mente clara, pero no fue lo mismo con su padre. Algo en él estaba cambiando, su obsesión lo estaba segando de su camino. Sus alucinaciones lo hacían ir por sitios de los cuales la luz no llegaba.
     >Siguiendo a su padre, entramos por una pequeña cueva dentro de una gran montaña, por dentro de esta subimos hasta la cima, sin sentir que estábamos escalando. Parecía que el camino, aunque estaba oscuro, nos estaba guiando sin ningún inconveniente, ya que prácticamente estábamos caminando. Llegamos a la cima, y la única luz que había era la del collar divino, el cual se encontraba en el centro de la montaña rodeada de un gran vacío.
     >Su padre sintió el llamado del collar, cerró los ojos y simplemente caminó hacía él como si flotara en el aire, una especia de piso transparente que se dejaba ver apenas era tocada por un paso, aparecía con cada tras píe que daba. Me arriesgué a seguirlo pero el pisó desaparecía conforme el pasaba. Salté tras de él para seguirle el paso y fue mi falta de atletismo la que nos hizo caer al vació junto con el collar.
     >Desperté del desmayo y su padre se encontraba arrodillado admirando el collar, sus ojos estaban concentrados en su brillo gran brillo. Me acerqué a él y le di un toque en su hombro para que saliera del asombro “Lo tenemos, al fin es nuestro” fue lo único que dijo, y luego de eso ambos pasamos a coger el collar.
     >Cuando nuestras manos tomaron el collar, el brillo se volvió más intenso y mi mano poco a poco se fue consumiendo, como si se estuviera quemando y solo quedaban cenizas. A los pocos segundos una voz emergió del collar “es él, él de mi sueño” comentó su padre. “No seas fácil obtener uno de los objetos divinos, en especial para simples humanos como ustedes. Tú, quien se está desmaterializando, tu condena es vivir por toda la eternidad como un espíritu sin cuerpo. Siempre te sentiste invisible, creciste creyendo que nadie te vi, nunca viste lo que realmente tenías y viviste en un mundo de mentiras y te mentiste a ti mismo de tu existencia, hasta dudaste de tu propia vida, segándote y creyendo que ya tenías todo resuelto y que no era necesario más de lo que ya tienes la falta de ambición también es un pecado, ahí tienes lo que tanto querías. Nadie te vera, nadie te oirá, nadie te sentirá y nadie te amará, vive como una sombra – mi cuerpo comenzó de desvanecerse poco a poco y convertirse en cenizas hasta que mis prendas quedaron tendidas en el suelo, luego se dirigió a su padre – Mientras que tú, quien siempre quiso ser alguien, tuvo una ambición obsesiva, tanto que también te segó y te hizo olvidar todo lo que tenías – rió – me gustaría jugar un juego contigo. Sé que estas esperando un hijo, yo te daré otro y cumpliré tu ambición, pero tú debes de escoger orden del caos. Un hijo seguirá tus ideales, el otro tratará de derrocarte, ¿podrás saber cuál de los dos es el primogénito?” Luego de eso la voz se fue apagando como si de un silbido se tratase. Un libro apareció bajo el collar, su padre lo abrió pero casi todas las hojas estaban en blanco, menos una que comenzó a brillar y le dio el regalo de una profecía.
     >En ese instante su padre recibió una llamada, él apretó el botón del contestador y la voz de una mujer desesperada se pudo oír fuertemente “Vuelve pronto, estoy sintiéndome mal, mi barriga comenzó a agrandarse, siento que estoy a punto de explotar. Me encuentro… – tosió – me encuentro sobre un mar de sangre…”

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